Los gremialistas integrantes de las cinco centrales sindicales prometieron que, en el corto plazo, se unificarán las tres CGT por un lado y las dos CTA por otro.
Los sindicalistas Antonio Caló, Pablo Micheli, Hugo Moyano y Hugo Yasky prometieron “trabajar” para la unidad sindical aunque aclararon que por un lado irán “las Confederaciones Generales del Trabajo (CGT)” y por otro las “Centrales de Trabajadores Argentinos (CTA)”. El gastronómico Luis Barrionuevo estuvo ausente aunque fue representado por Luis Cejas.
Cabe recordar que en la actualidad existe la CGT Azopardo, comandada por Hugo Moyano, la CGT Alsina, cuyo titular es Antonio Caló, y la CGT Azul y Blanca, encabezada por Luis Barrionuevo. En tanto, la CTA de los Trabajadores está comandada por Hugo Yasky y Autónoma por Pablo Micheli. Todos dieron sentir alegría por “compartir este panel”, denominado “Unidad Sindical”. Los sindicalistas estuvieron junto a los obispos Jorge Lozano y Jorge Casaretto y el ex embajador en la Santa Sede Carlos Custer.
El encargado de inaugurar el micrófono fue Hugo Yasky. “La concentración de la riqueza en pocas manos es la que define las medidas que se toman, sujetas a los mandamientos del neoliberalismo”, razón por la cual consideró que la función de los dirigentes gremiales es “frenar ese proceso de concentración de la riqueza y la visión materialista de una sociedad que ve al ciudadano como un consumidor”.
En ese sentido, el sindicalista aseveró que “es clave la unidad de las centrales sindicales” y recordó que el acto del pasado 29 de abril “que no hubiese sido posible hacerlo por separado”.
“Por la necesidad de los trabajadores -dijo- tenemos que poner nuestras diferencias en segundo plano” y aseguró que “estamos construyendo un camino de unidad. Lo ideal sería que exista una sola CGT y una sola CTA” y compartir una mesa que “permita ir construyendo los pasos en común que necesita el movimiento obrero”.
Coincidencias
“Tenemos un gobierno -analizó- que aplica un plan de ajuste y una política económica que destruye a la pequeña y mediana empresa, que genera el 80 por ciento del trabajo del país”.
A su turno, Pablo Micheli se mostró contento de ser parte del panel en “un contexto difícil del país” aunque aclaró que “con el gobierno anterior también fuimos muy críticos de la política económica”.
Después de alabar la convocatoria del Pastoral Social, coincidió con sus compañeros del panel en la necesidad de “unificar las centrales obreras, tanto las CGT como las CTA” para poder “pensar soluciones para los problemas argentinos, como dice el papa Francisco”.
“Las cinco centrales obreras -señaló- hemos planteado esta cuestión, después de mucho debate, porque el tema de los despidos se ha hecho prácticamente una costumbre. No creo que haya familia de trabajadores que duerma tranquilo pensando si al otro día tendrá su trabajo”.
En cuanto al veto presidencial sobre la ley antidespidos, Micheli aseguró que “(el presidente) podrá decir que es constitucional y legal, pero no puede decir que es legítimo”.
En tanto, Luis Cejas -que representó a Luis Barrionuevo, de la CGT Azul y Blanca- aseguró que “el movimiento obrero hace rato que se puso la patria al hombro. Privilegiamos que la gente no tenga más miedo a perder el trabajo” y pidió a todos los presentes “trabajar por el país que queremos”.
En agosto
Antonio Caló prometió que “vamos a ser lo imposible para tener una CTA y una CGT. Nosotros pusimos fecha para el 22 de agosto, los dirigentes daremos un paso al costado para dirigirla pero no renunciamos a la lucha”.
Asimismo, reconoció que con los demás dirigentes “tenemos diferencia de enfoque” aunque todos “trabajamos para el mismo fin”. Después de criticar el veto presidencial a la ley antidespido, adelantó que “si hay despidos lo vamos a defender en la calle” .
Por otra parte, señaló que “(los integrantes) de este gobierno no conocen lo que es quedarse sin trabajo” y apelando a la chicana deportiva aseguró que “nosotros jugamos a la pelota, ellos al golf”. Y aclaró que lo decía “con todo respeto”.
Dura crítica
En tanto Hugo Moyano, agradeció la oportunidad de participar y promovió “la unidad del conjunto del movimiento obrero y la Iglesia tiene un papel fundamental”.
“Los trabajadores también reclaman la unidad -reconoció-, pero no podemos negar que el que hace el mayor esfuerzo para lograr la unidad es el Gobierno nacional”.
Asimismo, aclaró que “no es sencilla la unidad, pero no por la unidad en si, sino porque pertenecemos a distintos sectores del movimiento obrero y algunos sectores tienen más presiones que otros”.
En ese sentido, contó el “esfuerzo” que están haciendo los dirigentes para lograr la unidad sindical y se preguntó “¿quién quiere que le vaya mal al Gobierno? Nadie, porque si le va mal al gobierno, le va mal al país, y los que pagan las consecuencias son los sectores de menos recursos”.